sábado, 31 de agosto de 2013

Hay secretos de la boca y secretos del corazón.
La mayoría de los secretos son secretos de la boca. Chismes compartidos y pequeños escándalos susurrados. Esos secretos ansían liberarse por el mundo. Un secreto de la boca es como una china metida en la bota. Al principio apenas la notas. Luego se vuelve molesta, y al final, insoportable. Los secretos de la boca crecen cuanto más los guardas, y se hinchan hasta presionar contra tus labios. Luchan para que los liberes.
Los secretos del corazón son diferentes. Son íntimos y dolorosos, y queremos, ante todo, escondérselos a mundo. No se hinchan ni presionan buscando una salida. Moran en el corazón, y cuanto más se los guarda, más pesados se vuelven.
Teccam sostiene que es mejor tener la boca llena de veneno que un secreto del corazón. Cualquier idiota sabe escupir el veneno, dice, pero nosotros guardamos esos tesoros dolorosos. Tragamos para contenerlos todos los días, obligándolos a permanecer en lo más profundo de nosotros. Allí se quedan, volviéndose cada vez más pesados, enconándose. Con el tiempo, no pueden evitar aplastar el corazón que los contiene.

El temor de un hombre sabio-Patrick Rothfuss

jueves, 29 de agosto de 2013

miércoles, 28 de agosto de 2013

Tareas de esas que están buenas

Historia de una persona feliz


Se llama Remolino y es feliz. Siempre lo fue, hasta los días en que estaba medio triste. Le pasaron cosas, pero no puede recordar un día al que pueda considerar "malo".

Vive en una casa con flores, en una calle con viento.
Le gusta el color amarillo de su puerta, y oler el olor de los libros (porque, sabes? el olor de los libros te muestra un poquito de la esencia de lo que te cuentan).

A veces se acuesta en el pasto, y siente la tierra, y se sorprende de las motitas que aparecen de tanto mirar el cielo. 

Cuando va a pasar el tren, le gusta esperar, así mirando las vías, para verlo pasar. Y le gusta como suenan algunas palabras, y lo que significan otras.

Vive en un barrio de gente que es feliz, y que se junta a bailar algunas noches, y que cuelgan farolitos en las calles, y que saben escuchar el silencio. Y ama a toda esa gente, aunque no se si piensa mucho en el amor 
(Alguna vez pensaste en el respirar?)